Foto:
Armando
Mazariegos
Gente que cree que el facebook es una
cosa inferior, una realidad de segunda categoría, algo así. Lo cierto es que es
una tierra fértil de encuentros. Muchos de los fotógrafos que publico aquí es
porque se me han acercado en el face. En cuenta el fotógrafo de esta semana,
Armando Mazariegos (1957).
Arquitecto, fotógrafo. Sus imágenes vienen
a ser rostros y retratos, indígenas, también
muchos niños, asimísmo iglesias, escenas propias del país, coordenadas rurales.
Hemos visto algunas fotos suyas con vocación de horizonte: se espacializan, se elongan
a los lados: una calle parejamente antigüeña, un cementerio cromatizado, una
playa con su respectiva sombrilla vibrando en rojo (Mazariegos combina a menudo
el blanco y negro con el color). También pics de artistas en vivo, Alux Nahual,
Magda Angélica...
En la Fotosíntesis de esta semana, vemos
un momento del dignísimo grupo Sotz´il. La técnica que eligió Mazariegos da un
efecto dinámico, ondulante, que empapa la imagen, y en vez de cercenar o
congelar el movimiento, lo que hace es introducirlo a la foto. El
danzante/pájaro –gran ojo rojo– está rodeado por un contexto fluido y
azuloso, una cadencia visual que olea y sobrecoge el suelo mismo. Es una escena
desnuda, ritual, visionaria y primigenia.
El baile étnico tradicional maya nos ha
legado y nos sigue legando momentos emplumados, verbenas de color, llamas vivas
salidas de lo más verde, sonidos y sones que inundan solemnemente el escenario como
un sol o una sombra germinada, aire de incienso escapando cual doncella al
cielo, glifo liberado que ahora cocea. ¡Qué riqueza! ¡Qué gran drama, por Dios!
El grupo artístico Sotz´il (surgido en
2001) contribuye con perpetuar creativamente esta herencia, este lenguaje
mitocósmico, con sus metáforas esenciales y extrañas. ¡Danza y vuelo nacido de
la semilla, teatro en las copas de los árboles! Oigamos ya los cantos y
percusiones incesantes, las melodías en el pico de una golondrina oscura, la
yerba ronca de las caracolas, los gritos desgarrando la noche ceremonial, el
líquido cayendo, sonido de flauta inframundana... Sigamos la trama de estos personajes
circulares, persiguiéndose, cortando el espacio ancestral, entre los carbones
de la memoria sin principio, con sus trajes de leyenda, sus tremendas máscaras
viscerales, oh calaca oh perro oh luna entre nosotros, la piel caliente tatuada
por un murciélago, los saltos cubriendo el infinito… No hay sino un universo de
ofrenda y de batalla, militancia perpetua en nombre de la sangre derramada,
batalla desde el ombligo de los elementos...
¡Qué riqueza! ¡Qué drama!
(Fotosíntesis publicada el 17 de octubre
de 2014 en Contrapoder.)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario