Foto:
Anne
Brand
Alguna vez escribí un artículo sobre la
comunidad LGBT en Guatemala, y me sirvió mucho para comprender un poco mejor el
fabuloso (fabuloso, pero duro, a menudo quemante, icárico) universo de la
alteridad sexual y de género. El artículo se llama La lluvia, una gran caricia y nada más.
La verdad es que yo siempre he sentido
simpatía por las personas que se atreven a desafiar cualquier estilo de ser
esquemático, vaticano, acalambrado. Necesariamente por ello admiro y respeto a
la comunidad LGBT.
Guardo estima, por caso, por la mara
trans, en sus distintas variantes, y es por ello que hoy he puesto en Fotosíntesis
esta atractiva guapura que están ustedes contemplando, y algunos de ustedes
deseando. No la conozco, pero la imagino dulce, calcinante, un remolino de
ternura, humor, carnal humedad. Es una
pena que mi registro sexual sea tan heteroaburrido y heterconvencional, porque
en el fondo debe ser divertido divertirse con una divertida chica como
esta.
La foto me la facilitó Anne (que en
realidad no se llama Anne sino Annemarie), una activista del arte de quien
conviene hablar un poco. Anne Brand (1986) es hija de retalteca y suizo de
Berna, y eso explica acaso porque vive y trabaja entre Zúrich, Ginebra y
Guatemala. Estudió teatro en la ENAD, y luego en Ginebra se graduó de la
Licenciatura en Artes Visuales de la HEAD y en Zúrich de la Maestría en Curaduría
de la ZHdK. Pueden acudir (annebrandgalvez.ch) a su website.
En una de sus flâneuries
artístico–documentales por la ciudad, se
encontró Anne con una serie de travestis. Lo explica ella misma: “Tuve la oportunidad de entablar amistad con un grupo de travestis hondureños
que compartían vivienda con un buen amigo al que frecuentaba en ese entonces,
en un edificio de la zona 6. Nos juntábamos en el cafetín a cenar, luego ellas
se marchaban a trabajar. Un par de veces me travestí yo misma. Fue todo un
éxito: me creían un travesti gringo. Después me enteré que mataron a una de
ellas, Bárbara se llamaba. A otra todavía me la encuentro: dejó la calle y puso
un salón. Todo eso fue hace más de diez años, no se dónde andan las otras”.
Tiempo luego, cuando iba pasando por la
tercera, la cuarta, la quinta avenidas de la zona 1, Anne se encuentra con
otros travestis. Son más jóvenes; ya no los conoce personalmente. “Los sospecho
con humor ácido, me acerco y les digo si me posan sexis para una foto”, explica.
Y así nació la imagen de la presente Fotosíntesis.
Que los transexuales, travestis y
transgénero de esta ciudad puedan caminar por las calles lejos de la cochambre
de la discriminación.
Que nadie se atreva a mancillar sus
cuerpos exquisitos y sus pezones exaltados.
Que los transdioses los protejan.
(Fotosíntesis publicada el 3 de octubre de 2014
en Contrapoder.)
Conozco algunas gentes suizo-guatemaltecas de esa generación nacida en los 80s. Hay en ellos una manera de eventurarle a la existencia tanto al estido guate que al estilo suizo. Las visiones de las dos civilizaciones son tan opuestas que se lanzan pasionadamente al descubrimiento de los tabúes, tales los que conciernen a las tendencias sexuales. Se me ocurre decir que la foto es extraña o rara en el hambiente guatemalteco, mientras que por la suiza se ocurrre esa belleza de la sobre la que escribe Maurice.
ResponderBorrar