Parece cosa new age o esotérica decir que somos seres lumínicos, seres
de luz, seres solares, pero lo cierto es que dependemos literalmente de la luz
para existir. De la energía luminosa nace –por medio de la fotosíntesis– la
vida.
En esta sección de la revista ContraPoder, que hoy empieza, también llevaremos a cabo nuestra propia fotosíntesis: transformaremos una imagen –una foto, para más precisión– en un texto químicamente activo.
Nos resulta estimulante escribir así, en función de una foto, en
respuesta a ella y bajo su efecto.
Luz y hoja –imagen y vocablo– tienen una relación vital, clorofílica.
La claridad fotográfica transformada en alimento escrito, biología de
la palabra, savia verbal.
Encuentre el lector en esta nueva, metabólica aventura periodística,
una ventana, una rendija abierta al mundo nacido, siempre intenso, plural,
abroquelado, sucio, hilarante, profundo, revelador, puro, desollado, poético,
mágico, pigmentado, inférnico, místico, húmedo, memorable, sutil, triste,
simétrico, poderoso, aburrido, vibrante, maravilloso, verdadero, sensible, vascular.
Eso ordinario que nos milagrea la existencia.
Eso fantástico que nos cotidianea el vivir.
¿Han visto alguna vez la nervadura inefable en una hoja?
(Fotosíntesis publicada el 12 de julio de 2013.)
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