Foto:
“Payasadas”
Sebastián
Oliva
Sebastián Oliva –aparte de ser
programador y empujar agendas interesantes de ciencia, informática y tecnología
en el país– también guarda en sus intereses la fotografía. Su flickr lo
encuentran en esta dirección: https://www.flickr.com/photos/tian2992/. Un portafolio estimulante, con un
montón de subálbumes dignos de ser recorridos. Intervalos, personas,
geometrías.
A ese mismo portafolio pertenece la foto
que nos ha enviado a Fotosíntesis, llamada Payasadas (Creative Commons CC–BY–SA). Esa necrosidad de nuestros payasos urbanos, ese gloom
de nuestros payasos urbanos, esa oscuridad de nuestros payasos urbanos. Hace
rato dejamos atrás al payaso triste. La foto nos da directamente un payaso escalofriante
de ojos negros. Debiera hacernos reír, pero da miedo.
Es evidente que este payaso ha sido
infectado por una enfermedad característica de nuestros buses: la Cuita. La
Cuita es lo que hace que los pasajeros de las camionetas tengan una vibra como
de vacas camino al matadero. Pasajeros que serán humillados, aterrorizados,
baleados y muertos por asaltantes consuetudinarios. Vacas que serán asesinadas,
en el mejor de los casos, con pistola neumática de proyectil retenido, y a
quienes les van a cortar las alas de vacas, para luego ser colgadas en grandes
ganchos absolutos de metal.
Allí lo tienen, al payaso
tercermundisatánico, dando un espectáculo de globos dentro de la estructura
cicatrizada de la camioneta oxidada. La foto fue tomada cerca del día del
cariño. Nos pareció interesante porque refleja a cabalidad el ambiente opresivo
o spleen radical que hay en el transporte público, en donde todos van con
silencio muy sepulcral a saber a qué barrios por Dios olvidados, sin ver al
otro ni hablar con él. Claro, el blanco y negro de la foto funciona. Sobre todo
el negro.
La Cuita es algo propio de las
camionetas, pero en realidad es algo omnipresente en todo el país, en tanto que
entidad–virus que muta y se replica a una velocidad vertiginosa. Lógicamente
nadie está a salvo. Cuídense de la Cuita, ustedes. Los primeros síntomas son
unas manchitas. A los machos les sale a menudo en el glande.
(Fotosíntesis publicada el 4 de julio de 2014
en Contrapoder.)
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