Foto:
Jaime
Permuth
Jaime Permuth: he aquí un artista
entregado, por tanto nos da placer recibirlo en este espacio. Empezó su
carrera con una Kodak Instamatic y hoy es ya materia de respetables magazines. Su
ojo devoto y su consciencia de oficio le han permitido exhibir en lugares muy calificados.
La suya –lo saben o no saben– es una
familia de fotógrafos (Mario, Igal Permuth). Una familia judía, lo cual explica
por qué –después de vivir infancia y adolescencia en Guatemala– se fuera a
estudiar a Israel. Explica también su interés genérico por el universo judaico,
distinguible en series fotográficas de su autoría como Manhattan Mincha Map (2002) o Carmen´s
Essay (2005). Luego de Israel pasó a vivir a Nueva York (su lugar actual de
residencia) y eso claramente impregna los trabajos que hace (así en If I Ruled the World, de 2011).
La fotografía es ya de sí, inherentemente,
un lugar migracional donde lo de afuera y lo de adentro están en conversación
constante. Y dentro de esta misma conversación, Jaime Permuth consigue darnos a
entender que en cierto modo lo propio es lo otro, y lo otro, lo de uno. La
mirada es el puente.
Mi
profesión es mirar dice un post de Jaime Permuth, en su página de facebook (pueden visitarla:
está repleta de referencias fotográficas interesantes, enteradas). ¿Y qué mira
Jaime, con curiosidad indestructible? Jaime mira la cotidianidad de unos, de otros.
La suya es una mirada simultáneamente discreta y distante, y eso le permite espiar
lo ordinario hasta el punto de desvestirlo. En efecto, lo ordinario no es otra
cosa que lo inordinario, pero disfrazado, vestido. Pensando ahora que
desabrigar, desnudar con una cámara es lo que hace un buen fotógrafo
documentalista. En el caso de Permuth, eso queda clarísimo cuando vemos su
serie Tarzan López (2007), serie que
nos revela el circo tras bambalinas, y aquí nos referimos al circo que vemos
aquí en Guate, siempre un poco lívido, siempre un poco triste.
Por un lado Permuth es un fotógrafo
documentalista en el sentido radiográfico de la palabra, y eso nos lo dice una
serie tal como Vota así (de 2008), en
donde se archivan distintas expresiones locales de proselitismo gráfico, en
múltiples contextos y paisajes. Pero por otro lado también posee un lado
artístico más marcado, por ejemplo en la serie The Completely Visible World (2009).
Vayan a su website (jaimepermuth.net): allí verán un programa realizado por el canal Arirang TV sobre un viaje de Jaime y su surcoreana esposa a Corea del
Sur, boda incluida. Pero más todavía, encontrarán varias de sus series
fotográficas, y aquí podemos mencionar algunas.
Que nadie deje de ver por caso su serie Yonkeros (2010). Yo tuve noticia de ella
por primera vez en la Bienal Paiz (en su antepasada edición). En Queens hay un
sitio en donde la gente se dedica al santo oficio de deshuesar y desguajar
vehículos, sitio que Permuth procuró fotografiar a lo largo de un año y en
distintas estaciones, en blanco y negro y también a colores. Setting
increíble, a ratos ballardiano, pródigo en talleres y hermana chatarra. Así
pues, en lo profundo de la gran ciudad global, tenemos este ecosistema laboral
tercermundista, tan cotidiano como alucinante, y con personajes, cómo no, interesantes.
Son interesantes, pero es que además Jaime se interesa en ellos. Rostros
reveladores, pero revelados por el merodeo incesante de Permuth.
Lo de Permuth es elevar nuestro grado de
consciencia respecto a una situación particular, por medio del ángulo y la
perspectiva formal. Y por medio de la perspectiva humana. Muy evidente en su
serie llamada El Sistema (2014), que retrata el Sistema de Orquestas de
Guatemala, una organización no lucrativa interesada en generar educación
musical en la juventud vulnerable del país. La serie de El Sistema tiene varias fotos meritorias, pero por mucho la que ven
aquí es la mejor. El nombre del fotografiado es Israel Gil y es un violinista
ciego.
(Fotosíntesis publicada el 28 de noviembre
de 2014 en Contrapoder.)
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