Foto:
Felipe Bagur
Felipe Bagur
Los animales usualmente no tocan jazz, no crean constituciones: los animales se destruyen y devoran unos a otros, proteínicamente. Llevan dentro un reloj depredador, una pulsión alimenticia insaciable, hasta el día en que son comidos por otros como ellos. Siendo defensor de los derechos de los animales, nunca olvido que los animales son los primeros en irrespetar esos derechos. Salvajes, despiadadas, sanguinarias criaturas. Eso que hacen no lleva nombre. Nosotros los humanos también hacemos cosas parecidas y la verdad peores. Los humanos tocamos jazz y creamos constituciones, pero somos más animales que cualquiera.
En esta foto tan marcial, tomada por el quetzalteco Felipe Bagur, vemos
hormigas sobre el cuerpo agónico o finiquitado de lo que parece ser un abejorro,
ustedes qué piensan. Opaco pelaje el suyo, pareciera salpicado de polen o efedrina.
Este presumible himenóptero es como un gran dron, derribado por un contingente
de afganos.
Esas hormigas cabronas lo están seccionando, carroñeramente. Me
recuerdan a algunos libertarios, patriotas y empresarios, cada vez que van tras
la Fiscal General. Nada les gustaría más que llevar este noble insecto en
pedazos a sus laberintos y cámaras subterráneas. Es su estilo. Los formícidos en
general son muy eficientes: fanáticamente eficientes, diríamos. Ponen el
conjunto de su ser –patitas, glándulas metapleurales, mandíbulas– en servir a
la comunidad a la que pertenecen, y generalmente tienen programas de radio o
espacios en la prensa escrita para hablar de Estado de Derecho, soberanía y objetivismo.
También crean fundaciones para calumniar y perseguir a las cigarras.
En fin, Felipe Bagur me ha dado inocentemente una foto para que yo
comente, y yo la he convertido en una alusión ideológica. Es mi estilo. Para
ver más fotos de Felipe Bagur –que además de fotógrafo, escribe y es
ludopedagogo– vayan ustedes a su blogger: http://laimagenestatica.blogspot.com/. Por cierto que Felipe me ha
dado un dato más preciso del insecto : me informa que es una abeja azul de la
madera, que a su decir es poco común en Xela, donde fue fotografiada.
(Fotosíntesis publicada el 21
de febrero de 2014 en revista ContraPoder.)
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