A mil millones de kilómetros de todas las laptops

Foto:
Andrés Asturias

Andrés Asturias, fotógrafo serio y comprometido, además de gran activista cultural. Lo respeto porque respeta el arte, respeta la creación, respeta a los creadores, tratándoles con la dignidad que al final y al principio merecen. Y porque sabe curar sus proyectos con mucho gusto, fineza, pero también frescura siempre suelta. Pura filantropía de la cultura, si me lo preguntan, realizada desde un ángulo muy desinteresado, aún si demanda no poco trabajo. Se ve que Andrés chambea en plan hormiga. Allí está su revista RARA, proyecto rítmico, labrador. Y luego se precisa hablar de ese espacio cultural que inauguró este mismo año, en zona 4, llamado Erre, iniciativa pues espléndida.

De Andrés es la foto que presentamos en esta edición de Fotosíntesis. La tomó en una escuela de San Mateo Ixtatán, Huhuetenango, y más no sé de la misma. Ignoro por ejemplo si la escuela está abierta o no. Cualquiera diría que no, vistas las condiciones, pero aquí así funcionan las cosas: infrafuncionan.

La foto siendo tan lírica es cívicamente desmoralizante. Allí tienen los símbolos patrios, pero para qué. Es decir que en nuestro país los niños pintan los símbolos patrios, pero los símbolos patrios no los pintan de regreso a ellos. Y luego es que hay muchas banderas idealistas pero nunca terminan de pasar a la  actualidad de las cosas tangibles.

El aula está vacía, y un poco lo que quiere decir esto es que a lo mejor nuestra educación está vacante. Polvo & abandono. Ventana incompleta. Pupitres sin dirección, a mil millones de kilómetros de todas las laptops.

La educación públicarural en Guatemala es un wasteland. Está sucia y malnutrida. Todas esas escuelas apocalípticas de nombres larguísimos y condiciones raquíticas, entre inundaciones, paredes agrietadas y a menudo un olor omnipresente a mierda, por los desagües a flor de piel y los baños rotos. Todo funciona de la manera más improvisada, verán. Los niños apuñuscados, confundidos los grados en una misma aula. La educación públicarural es como un block duro, a pesar de que hay muchos héroes trabajando por sacarla adelante. Sangran, desertadas, las pizarras.

(Fotosíntesis publicada el 9 de agosto de 2013.)